La mutua mirada maravillada de los que creen míticamente en la autonomía e independencia del Yo del otro asegura la pervivencia de la locura colectiva de una sociedad en la que todos están de manera continua procurando, desde la envidia y el resentimiento, convertirse en el otro.
Soy Amaia Miranda, estudiante universitaria y modelo de ropa interior, profesional, muy elegante, divertida, con buen estilo y de saber estar.
Come poco y siempre y en toda circunstancia está bien organizada. En su canto incluye el nombre y el linaje de su amante. Cuando está agotada, ella obtiene consuelo de su mano y se la pone en el pecho o bien la frente mientras se duerme. asimismo duerme sentada en su regazo, y lo prosigue cuando la deja.
Diana Richardson tiene una visión muy infrecuente de la sexualidad. Según ella, hacer el amor sin ponerse demasiado caliente y centrarse en los picos de emoción crea la conexión más profunda y satisfactoria.
Este es el amor sacado de su fluir natural en la vida y convertido en pecado, es obligado a cumplir condenas desde los límites de prisiones, de religiones, de morales; de antros y bares que viven la sexualidad disociada del amor.
Otros individuos están unidos por un sentimiento evanescente que ha inspirado la letra de cientos de boleros. Tiene efectos notorios en la facies hipocrática de los protagonistas, que al ser afectados por el virus rosae se ponen lánguidos y se tropiezan con los muebles.
¿Cómo podemos progresar nuestras habilidades de seducción? ¿De qué manera hacemos para ser lo que deseamos ser? ¿De qué manera hacemos para entregar la mejor versión de nosotros mismos? ¿De qué manera alteramos aquellos comportamientos repetitivos que llevan inevitablemente a los mismos finales no felices?
Y digo adiestramiento porque es eso exactamente de lo que se trata muchas veces. La sociedad en la que vivimos actualmente no facilita que nos relacionemos con plena naturalidad. Al contrario, hace realmente difícil que podamos establecer amistades significativas.
Hola corazón. Llevo por nombre Klara y soy una joven belleza rusa que resalta por su elegancia, estilo y sensualidad. En mis ojos verdes hallarás una invitación a la lujuria; en mi cuerpo totalmente natural, un paraíso en el que saborear los matices más exquisitos del sexo.
Si algo terminas por descubrir en esta vida que nos ha tocado vivir, es que no se trata de vencer a los demás, si no de llegar a la meta, dado que la mayoría no llegan, y para eso, no hace falta ser el mejor, sino más bien sencillamente eludir los fallos más perjudiciales para tu persona.
